Por: Comunicación Digital Levapan.
Para nadie es un secreto que la compra de comida por domicilios va en aumento. Cada vez son más las plataformas digitales que nacen para satisfacer esta necesidad del consumidor de comer rico, rápido y sin salir de su casa u oficina.
De acuerdo con Camilo Martínez, CEO y cofundador de Leal, los restaurantes se enfrentan en este momento a un tráfico lento en sus puntos de venta gracias a que la nueva generación no quiere salir de casa, sino pedir todo a domicilio. Lo que ha favorecido al fortalecimiento de las plataformas de domicilios, que han llevado a que los restaurantes se trasladen al e-commerce. De hecho, asegura que se espera que las ventas por este medio aumenten de $1,7 billones de pesos a $2,9 billones en el 2022.
Sin embargo, uno de los problemas a los que se enfrentan los establecimientos al utilizar estas plataformas es la baja rentabilidad sobre las ventas generadas ya que deben brindar del 8% al 30% de comisión por cada pedido. Por eso, muchos establecimientos consideran que es más rentable contar con domiciliarios propios porque generan mayores rangos de ganancias, entre otros beneficios que impactan directamente en la reputación de la marca.
“Un restaurante debe tener una rentabilidad estándar del 70%, quitándole el 30% que es el costo de la preparación de los alimentos. Cuando se paga por las plataformas se está sacrificando otra porción importante de ese 70% que le queda al establecimiento. Por eso, es mejor contar con domiciliarios propios, para evitar ese pago de las plataformas que puede ser del 15% al 30% de las ganancias” afirma Matías Piñeiro, propietario del restaurante Olivetto.
Otros de los beneficios que genera tener domiciliarios propios en su negocio, según el chef José Acuña del restaurante Las Cuatro Estaciones son:
- El servicio que se le presta a los clientes es mejor.
- La entrega la realiza una persona del restaurante que está inscrita a la nómina. Por lo que reciben una capacitación de cómo deben llevar la comida, cuál debe ser su comunicación con los clientes y su presentación personal.
- Los tiempos de entrega son menores, ya que el restaurante contrata personas que tienen moto y que cumplen con todos los requerimientos de la ley. Por lo que es un transporte seguro.
- Las condiciones de salubridad e higiene son mejores, ya que los pedidos no van expuestos al sol, a la lluvia, al viento; sino que van dispuestos en un material perfecto que mantiene la temperatura de la comida.
Sin embargo, para poder operar correctamente con un domiciliario propio es necesario primero tener en cuenta cuánto se demora el restaurante en preparar sus productos, cómo puede empacarlos de la mejor manera y cuál va a ser su área de distribución. Sin esto, la percepción del cliente frente a la marca se puede ver afectada.
Igualmente, es importante comunicarle al consumidor que la comida a domicilio nunca va a tener la misma calidad que si la estuviera consumiendo en el restaurante, por más de que se la lleven en las mejores condiciones. Al igual que el restaurantero debe ser consciente que no todos los productos de la carta pueden enviarse en domicilios porque no están diseñados para brindar esa experiencia y se pueden estropear en el camino.
Por eso, para saber si su negocio está listo para tener domiciliarios propios o no, es fundamental estudiar el flujo de pedidos. Solo así, se puede establecer si el restaurante puede o no apalancar una operación directa. Así lo afirma Gabriel Calderón, Gerente de La Lonchera.
Pero, ¿qué buscan los consumidores cuando piden a domicilio?
Según estadísticas de Uber Eats, el 33% de los consumidores colombianos buscan productos que les hagan la vida más fácil y el 28% que sean convenientes de utilizar. “Colombia es el país de Latinoamérica donde más se utilizan servicios de domicilios de comidas o restaurantes (36%), superando al promedio Latam (29%) y global (33%)”, asegura Camilo Méndez, gerente de la marca en Colombia.
Teniendo en cuenta esto, por lo general buscan comodidad y facilidad, variedad de productos, envases desechables fáciles echar a la basura, calidad y productos que les brinden confianza.